Entre los años 1990 y 1993 ECOLOGISTAS EN ACCION-CINCA realiza una intensa campaña de concienciación sobre los valores ambientales del
Cinca y se opone firmemente a la realización de un proyecto de balsa de pesca
en el Soto de la Pinzana ,
que finalmente, ante el grave impacto ambiental que supone no se realiza.
En 1993 y como alternativa a este proyecto
nuestra asociación presenta el “
Proyecto de un Centro de Educación Ambiental, Aula de la Naturaleza -Soto de
Monzón”, que es sin duda el embrión
del edificio , hoy finalizado, del Centro de
Interpretación del Cinca que se emplaza en el Soto de la Pinzana , del que nosotros
nos consideramos impulsores. Con la apuesta y apoyo del Ayuntamiento de Monzón.
NUESTRO RECURSO NATURAL
El Cinca, en su recorrido de 191 kilómetros
fluye por muchos de los paisajes de la
provincia de Huesca, siendo el eje de muchas de las actividades que se realizan
en la misma. De él obtenemos el agua necesaria para las actividades humanas
como la agricultura, la industria, el abastecimiento a poblaciones o el propio
ocio.
El paisaje de nuestra provincia es fruto, en gran
medida, de la acción del río Cinca y de sus afluentes, que drenan desde los
altos picos del Vignemalle al oeste y el Aneto al este, hasta los llanos de
Monegros, antes de entregar sus aguas al Ebro.
Las corrientes de agua, erosionando el terreno por donde pasan han ido
contribuyendo a la configuración del relieve del sur de la provincia, con sus
sasos tabulares, típicos de una zona semiárida. Del mismo modo los campos de
cultivo más fértiles se asientan sobre los materiales aportados por los ríos.
El río Cinca en su tramo medio-bajo
constituye un ecosistema de indudable valor para el patrimonio natural aragonés, estando reconocidos sus valores
naturales dentro de “La Red
Natura 2000”
con la figura del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Es un oasis en medio de la zona subdesértica
del sur de la provincia de Huesca. Su orientación norte-sur potencia su función
de corredor natural para las
especies que se desplazan entre el centro de la depresión del Ebro y los
Pirineos. De igual forma sirve de lugar de reposo y alimentación para las aves
en el transcurso de sus rutas migratorias. Las diferencias de microclima entre
los sotos y las zonas circundantes secas y esteparias posibilita la aparición
de numerosas especies eurosiberianas que se introducen en la depresión del Ebro
gracias a este corredor de vida. Por
otro lado sus sotos fluviales, a pesar de ser estrechas franjas a ambos lados
del río, son los más extensos de la
Cuenca del Ebro y su dinámica fluvial, aunque mitigada por
los grandes embalses de la cuenca alta, todavía permite estudiar fenómenos de
movimientos de cursos, formación de galachos y tramos, donde el Cinca todavía
dispone de una cierta libertad fluvial,
característica que apenas posee ningún río (y menos de la entidad del Cinca) en
toda la cuenca del Ebro.
El río Cinca posee la mayor
población de Ardeidas (garzas,
martinetes y avetorillos) de Aragón. Estas aves utilizan el Cinca a modo de
corredor, sin ser extraña la presencia de jóvenes martinetes de la colonia de
Mequinenza en sotos hasta la altura de Monzón. Además de esta colonia es
importante la nidificación, en diversos sotos, de especies como la garza
imperial o el avetorillo, especies que se encuentran en regresión en parte de
sus zonas de distribución.
Es de destacar la presencia en este río
de numerosas especies de carnívoros como la jineta, el turón ,la comadreja , la
garduña, el tejón o el zorro que
utilizan los sotos para cobijarse y criar saliendo habitualmente, durante la
noche, para alimentarse en las zonas limítrofes. Algunas especies como la
jineta o el turón no encuentran en el llano otros biotopos para vivir.
Otras
especies, como la nutria, tienen en
el Cinca una vía de comunicación principal,
corredor natural que pone en contacto las poblaciones pirenaicas, que a lo
largo del siglo XX, han mantenido un estado de conservación más que aceptable,
con las del Ebro y otros afluentes que sufrieron los efectos de la contaminación
de sus aguas y que poco a poco recuperan sus poblaciones gracias a la mejora de
la calidad de las aguas.
Este ecosistema es sin duda una isla verde en un paisaje semiárido,
dominado por campos de cultivos y choperas de repoblación y supone un
contrapunto a lo estructurado y dominado por el hombre, constituyendo un marco
estético y natural cambiante, debido a la dinámica fluvial, a la acción de las estaciones y a la rápida sucesión de comunidades, conformando un paisaje de indudable valor estético
y cultural.
Todos estos aspectos y la importancia que tienen
para los habitantes ribereños de este gran río, deben ser dados a conocer a
las poblaciones implicadas en su conservación, con especial atención a
los niños y jóvenes
Un lugar impresionante dotado de una flora, fauna y vida natural a tan solo 3 kilómetros de Monzón, vale la pena
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